Educación Inclusiva no puede reducirse a un marco declarativo: Dip. Fidel Mogollón

MEXICALI, B.C, NOVIEMBRE 5, 2025.- El diputado Danny Fidel Mogollón Pérez presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Educación del Estado, con el propósito de que la educación con enfoque inclusivo, entendida como aquella que atiende a alumnos con necesidades educativas especiales, no se limite a un marco legal declarativo como ocurre actualmente, sino que se traduzca en acciones concretas.

Entre las acciones propuestas, plantea que cada plantel cuente al menos con un psicólogo o un profesional en áreas de conducta que brinde apoyo directo a los docentes frente a grupo, especialmente en casos que requieren atención especializada, y que los maestros participen de forma obligatoria en cursos o programas de capacitación con contenidos relacionados con las políticas de inclusión educativa.

“En Baja California la presencia de alumnos con necesidades educativas especiales es una realidad en la mayoría de las escuelas públicas, pero el número de Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) resulta insuficiente para cubrir la demanda”, sostuvo el legislador.

La mayoría de las escuelas opera sin apoyo permanente y, en muchos casos, el personal de USAER atiende hasta cuatro o cinco planteles distintos, lo que impide brindar seguimiento continuo a los alumnos y apoyo sostenido a las y los docentes.

Diagnósticos nacionales sobre la formación docente señalan que una proporción importante del magisterio considera que su preparación inicial no incluye contenidos suficientes para atender la diversidad en el aula, y que las oportunidades de formación continua en temas de inclusión son limitadas o inexistentes.

El inicialista destacó el tamaño de la problemática al citar que, de acuerdo con estudios publicados en México, aproximadamente el 11.2% de la población infantil de entre 5 y 17 años presenta dificultades severas de funcionamiento o algún tipo de discapacidad, lo que equivale a más de tres millones de niñas, niños y adolescentes que requieren algún tipo de apoyo educativo especializado.

Aunado a lo anterior se suma el problema estructural del tamaño de los grupos escolares. En México, el promedio nacional de la relación alumno–docente en primaria oscila entre 26 y 30 estudiantes por profesor, lo que dificulta la atención personalizada cuando uno o varios alumnos requieren acompañamiento constante.