Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, se declara culpable de cargos federales en Chicago

Joaquín Guzmán López, quien sucedió a su padre Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, como uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable de cargos federales de drogas en Chicago.

“El Cártel de Sinaloa es una organización terrorista que ha pasado décadas destruyendo a familias estadounidenses a través de violencia brutal y tráfico mortal de drogas”, dijo la Fiscal General Pamela Bondi, quien calificó la declaración de culpabilidad como una “gran victoria”.

“Bajo el liderazgo de Los Chapitos, el cártel ha alimentado la crisis de drogas más mortal en la historia de nuestra nación”, señaló el administrador de la DEA, Terrance Cole, destacando el compromiso por desmantelar su estructura criminal.

El Fiscal General Adjunto Interino Matthew R. Galeotti del Departamento de Justicia afirmó que, tras el procesamiento de “El Chapo”, su hijo asumió el mando de la facción Los Chapitos, inundando Estados Unidos con fentanilo, heroína y cocaína, además de mantener una red de soberbios y violencia para proteger su operación.

El fiscal federal Andrew S. Boutros resaltó que Chicago ha sido pionera en la persecución del cártel, destacando la reciente designación de estas organizaciones como terroristas extranjeras.

“El FBI continuará desmantelando redes criminales que envenenan a las comunidades”, declaró Gregory Heeb. Por su parte, Ray Rede, de HSI, afirmó que la declaración de culpabilidad es un claro mensaje de que Estados Unidos seguirá “eliminando líderes del cártel”.

Guzmán López, de 39 años, se declaró culpable de conspiración de drogas y de participar en una empresa criminal continua. Ambos delitos contemplan una pena mínima obligatoria de 10 años y una máxima de cadena perpetua. Aún no hay fecha de sentencia. Desde julio de 2024 permanece bajo custodia estadounidense.

Los Chapitos asumieron el liderazgo del cártel tras el arresto de El Chapo en 2016. Guzmán López coordinó envíos de cocaína, heroína, fentanilo y metanfetamina hacia Estados Unidos mediante vehículos, trenes, túneles, aviones, buques sumergibles y otros medios.

Tras la distribución, sus operadores lavaban millones de dólares en ganancias ilícitas. El acuerdo también establece que Guzmán López aceptó una sentencia monetaria de 80 millones de dólares derivados de sus actividades criminales.

El acusado también admitió su participación en un secuestro internacional, aunque Estados Unidos aclaró que no recibirá crédito de cooperación por este hecho.

El documento judicial reconoce que sus delitos involucraron más de 36 kg de fentanilo, 90 kg de heroína, 450 kg de cocaína, 45 kg de metanfetamina y 90,000 kg de marihuana.

Sus hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio Guzmán López también están acusados por tráfico de drogas. Ovidio ya se declaró culpable en julio; los otros dos siguen fugitivos, con recompensas de hasta 10 millones de dólares.

El caso es procesado por fiscales del Departamento de Justicia en colaboración con HSI y FBI, como parte de la Operación Take Back America, una estrategia nacional destinada a eliminar organizaciones criminales transnacionales.

Los cargos contra Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar son solo acusaciones; se presumen inocentes hasta que se demuestre lo contrario.